una palabra que hará de las demás sonido muerto.
De tu boca he visto salir esa palabra dirigida a otro que no soy yo.
***
Todas las palabras dichas y por decir, todo lo bueno y lo bello se convierte en sonido muerto cuando de la comisura de tus labios sale una T, de todo, de ti, seguida de una E, de enemigo, como es él, el hombre que recibirá la palabra. Luego un espacio doloroso, un precipicio en el que no quiero caer, la centésima más larga, de la que sin embargo brota una A, inicial de mi nombre y de la palabra que es para él. Luego la sigue rápidamente una M, de mujer, de madre, de ti... Seguida de una O de ocio, como este escrito, o de oro, como tus ojos bajo la luz del sol de medio día: TE AMO, retunda en mis oídos, TE AMO, retunda en los de él.
En mi corazón brota la semilla de odio y rencor del que no posee el amor de su amada. De él brota la semilla que algún día dará frutos, frutos que por fin sellarán su amor y que sepultarán el mío.
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