"Como un árbol fosilizado
del que no se esperan flores
triste ha sido mi vida
destinada a no producir ningún fruto."
- Minamoto no Yorimasa, su yuigon antes de realizar suicidio.
Revelación de lo obvio
Hoy me he dado cuenta de que la fragilidad es total. Que esa fragilidad que predicaba de mí no es solo mía, que existe y le pertenece a todos. Cuan egoísta fui, al pensar de esa manera. El día de hoy lo recordaré porque me ha mostrado que no somos más que gotas de agua cayendo desde el cielo, esperando a chocar contra el suelo para desintegrarnos en miles más que a su vez se extinguirán de la misma forma. Esa torpe creencia de que somos un solo universo ciega la mente y no nos permite ver más allá. Hoy vi, frente a mis ojos una gota caer, un vidrio romperse. Hoy vi la fragilidad. Fragilidad que permanece inerte esperando el pequeño viento que la levante, fragilidad que no respeta espíritus y que no se atiene a nada.Hoy me he dado cuenta de lo frágil que somos como especie. De lo predispuestos que estamos al dolor. Hoy me he dado cuenta de que todos somos humanos.
Neyla
La cercanía de la muerte aparece
Como la sangre que brota de la herida
Como la lagrima del último adiós
No te vayas, abuela mía, no te vayas por favor.
Que tus horas sean mís dias
Que tu vida se extinga sin dolor
Cambiaría todas mis glorias por un segundo más
de tu materno amor.
La muerte ha llegado ya, es hora de llorar
Junto con tu respiro te habrás llevado mis razones, una a una, sin más.
En mi duelo te recuerdo, me arrepiento y pataleo
Por el tiempo insuficiente, por la desdicha del anhelo
Anhelo que huele a muerte, anhelo que huele a viejo
Anhelo de volver a verte, anhelo de un beso.
Pronto será mañana, un día más sin ti, la vida continúa
Como la sangre que brotaba de la herida
Como la lágrima que ya cayó
Te has ido, abuela mía, no volverás
Seguiré viviendo sin más, la historia pronto se repetirá
Es tu turno madre mía, es mi turno, hijos míos. El mundo gira, la muerte avanza.
Como la sangre que brota de la herida
Como la lagrima del último adiós
No te vayas, abuela mía, no te vayas por favor.
Que tus horas sean mís dias
Que tu vida se extinga sin dolor
Cambiaría todas mis glorias por un segundo más
de tu materno amor.
La muerte ha llegado ya, es hora de llorar
Junto con tu respiro te habrás llevado mis razones, una a una, sin más.
En mi duelo te recuerdo, me arrepiento y pataleo
Por el tiempo insuficiente, por la desdicha del anhelo
Anhelo que huele a muerte, anhelo que huele a viejo
Anhelo de volver a verte, anhelo de un beso.
Pronto será mañana, un día más sin ti, la vida continúa
Como la sangre que brotaba de la herida
Como la lágrima que ya cayó
Te has ido, abuela mía, no volverás
Seguiré viviendo sin más, la historia pronto se repetirá
Es tu turno madre mía, es mi turno, hijos míos. El mundo gira, la muerte avanza.
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