Conocí a la mujer del egoísmo propio,
amante de la felicidad ajena,
mujer que sufre en silencio
esclava de sus propios deseos.
Rosa de pétalos caídos que busca libertarse,
viento de agosto que sólo arrastra remordimientos
Vive por ti, mujer del egoísmo propio,
vislumbra en el horizonte el camino de espinas,
córtate con cada una de ellas y sangra a más no poder.
El camino es el amor que rechazas. Tú, mujer egoísta.
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