Llena tu imagen con aquellos que murieron
y espera, dulcemente, todos tus lamentos
junto a las flores pisoteadas por el paso del tiempo.
Inocencia pérdida, siempre deseada,
con palabras sucias y miradas claras...
Toma el agua y rellena tu imagen en la parsimonia
del no ser,
que de tu última pantomina brote sangre y que ésta sea
el vino que otros futuros muertos tengan
-desgraciados-
que beber.
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