Son las dos de la mañana y tus ojos cansados se iluminan con el brillo de la pantalla. Huyes, sabes que cuando ésta se apague y te alejes de los me gustas, los me encanta o los me enoja te toparás de frente con él. No hay nada más ruidoso que el silencio de la noche, el silencio abrumador y ensordecedor de tu ser.
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