Despertar
11:45 pm aka ando en mood suicida
Qué hacer con la ropa de la abuela muerta.
El día de mi muerte
Hoy es uno de esos días que saben a mierda. Los hay salteados. Normalmente son los lunes o los domingos o toda la puta semana. Sabe a mierda. Lo sabes, tienes la certidumbre que será un día de mierda por el vallenato que colocan tus vecinos, por el calor que no te deja dormir, por el blanco del techo que ya no es blanco sino amarillo. Si, en los días de mierda todo se muestra tal cual y como es. Te dices que puedes dormir un poco más y tratas de hacerlo pero suena de nuevo la alarma. Alarma, Diomedes y vallenato.
Voy a la cocina, los platos sucios y más calor. Hay restos de lasaña y una cucaracha me espanta: vaya día de mierda. Tomo un vaso de agua; caliente, dejé la nevera mal cerrada y posiblemente se dañó la carne. No importa, hoy me sabría mal.
Treinta minutos después estoy en un puto bus, lleno de la misma gente de todos los días. Somos vaquitas que vamos de lleno al matadero. Avanzamos, miro hacia afuera y lo de siempre: pobreza, carros, motos y más motos. Las hijueputas motos. Se le meten al bus, el del bus les grita, el de la moto le grita. Se gritan. Son las 8:30 de la mañana, voy tarde y la certidumbre que tuve al despertarme se ve confirmada: es un día de mierda.
Mejor ver adentro. Qué hay en el bus. Gente dormida, bebés, más que todo gente fea igual que yo. Una mujer linda o eso creo. Su rostro lo tapa un viejo calvo. Siempre hay un viejo calvo tapando el rostro de una mujer bella. La mujer se sienta, un tipo le da el puesto. Demasiado amable, pienso, pero al rato confirmo que no es nada de eso. Le arrecuesta la verga al hombro. La mujer está claramente incómoda, gente ve, yo veo y nadie dice nada, es un día de mierda y no quiero pelear, que se defienda ella, en cualquier caso, sólo es una verga y un hombro.
Me bajo en la India, cruzo con una multitud de gente esperando que no me mate un carro. Sería el colmo morirse en un día como este, aunque a ver, el día que uno se muere es un día de mierda. Da igual. Cruzo, toca estar pendiente en el semáforo que no le abran el bolso a uno y le tumben lo poco que tiene. Mosca, mosca, mosca, verde.
Me instalo en mi escritorio. Saludo aquí, saludo allá. Le veo el culo a Regina. Está buena, como siempre, pero es medio bruta. Igual no me la voy a comer. La jefa, pues igual, está buena. Ella no es bruta, es feminista, lo cual es peor... Al menos para un hombre como yo. No me gustan las viejas demasiado inteligentes. Qué pereza que le discutan a uno todo. No señor, paso de eso.
El trabajo lo de siempre. Escribo mierda que la jefa no lee, sólo firma. Me tiene demasiada confianza, no debería. Hoy es un día de mierda. Pepe, me dice, llévate este documento al juzgado, urgente. Bueno, jefa, le digo, ya salgo para allá. Vaya día de mierda tener que caminar. Paso por la palenquera que me cae mal porque estafa a los turistas por una puta foto, paso por el turista que me cae mal porque viene a comerse a las mujeres de acá, como acto de colonización. Hijo de puta. Ah, es un día de mierda, cierto...
Llego. Buenas, vine a radicar este documento. La desgraciada me mira y me dice que espere un momento y yo le alcanzo a decir que sólo vine a traer un memorial. Lo ignora, tiene que hablar con Estefanía sobre el babyshower de la esposa del juez. Ah, es un día de mierda... Me voy. Entro al café internet que está a unas cuadras del juzgado. Hay una muchacha muy linda pagando unas copias y un viejo atrás de ella sentado en un computador. Aprovecho que es estrecho todo y arrecuesto sobre su culo mi verguita triste. Ella voltea, yo le pido disculpas y miro al viejo. Ella entiende, le da igual, se va con sus copias. Quiero un computador. Todos están ocupados. Es un día de mierda, definitivamente.
Por fin me dan el computador, comienzo a escribir:
Juzgado 1ro del Circuito de Cartagena
E.S.D
Asunto: Memorial.
Proceso: 046/2020
Su señoría,
Mediante el presente memorial me permito informar que el babyshower de la grandísima puta de su esposa me importa una mierda y que, por lo tanto, sus empleados no deberían de estar ventilando asuntos de esa honorable envergadura dentro de las oficinas. Sé, su señoría, que en su pequeño despacho lleno de libros que no lee se da lujo de hacerse mamar su pequeñísima verga de la señora Secretaria y créame, esto no me importa, yo también lo haría. Lo que sí quiero dejar claro es que a nadie, en toda esta puta ciudad y en especial al gremio de grandilocuentes abogados, nos importa una mierda su babyshower, así que agradezco y conmine a sus tres tristes putas a atender de buena manera a los usuarios.
S.S.
Catalina Pérez Rodríguez
Imprimir. Aceptar. Señora, cuánto le debo. 1000 pesos. Le doy 2000, quédese con el cambio. Me empiezo a sentir mejor, ya el gusto en la boca no sabe tanto a mierda. Voy al juzgado. Buenas, mira, traje este memorial. Ya, ya te recibo. Oye, espera, le falta la firma. Firmo como Catalina, ella le pone un sello y no lo lee. Divina la hijueputa justicia.
Llego a la oficina. Le digo a Regina que se vaya a la reputisima mierda. Que puede estar muy buena y todo, pero que es muy bruta. Entro a la oficina de la jefa, le agarro la blusa y se la parto. Queda con su brasier y se le ven sus pequeñas tetas. Váyase a la mierda usted y sus memoriales, le digo, y me voy. Estoy feliz, muy feliz... Veo otro turista, veo a otra palenquera y le grito negra ladrona, gringo marica. Ah, estoy muy feliz. Voy rumbo a la India, escucho música, le agarro las nalgas a una gringa que me grita fuck you, piece of shit. La tuya, le digo yo.
Ah, ya voy en el bus, veo la playa por la ventana y el olor a mar me sienta bien. Es un buen día. Subiendo el puente la buseta para, se suben dos tipos. Esto es un atraco, bajense de las pertenencias. Yo ni pal putas le entrego nada. Forcejeo, saca un puñal. Me lo clava en la costilla, una, otra, una en la pierna. Suelto el bolso, me arrecuesto en la ventana, miro la playa.
Definitivamente el día que uno va a morirse es una mierda.
Mientras de fondo está epistemología
Suspiro
libera el cuerpo
y no hay ética que me salve
de la urgencia de poseerte de una vez entre mis brazos
que en la oscuridad buscan un alivio desinteresado...
Apartando al mundo de tú y yo, haciéndole daño a todos,
porque poco importa...
Tus ojos, tus ojos, tus ojos
reflejan fuertemente la mala persona que soy
y lo poco que me importa esta condición.
Necesito beber de ti.
y espera, dulcemente, todos tus lamentos
junto a las flores pisoteadas por el paso del tiempo.
Inocencia pérdida, siempre deseada,
con palabras sucias y miradas claras...
Toma el agua y rellena tu imagen en la parsimonia
del no ser,
que de tu última pantomina brote sangre y que ésta sea
el vino que otros futuros muertos tengan
-desgraciados-
que beber.
aunque sea de madrugada.
Versos poco resueltos,
llamados al feliz olvido,
como los muertos,
como la mayoría de los recuerdos
que aquellos llevaron consigo a un paseo
eterno.
Resuelve todas las incertidumbres del mañana,
poema,
acaba de una vez por todas y llévate las palabras,
allá,
al feliz olvido.
Cuarentenas...
caminando a pasos agigantados
durante el encierro inerte
que reflejamos en pantallas,
en caracteres sin sentido.
Y desde el futuro un viejo
tú
nos mira, con la cabeza blanca
al igual que su mirada,
lamentándose,
de aquel encierro,
de aquellos días de pasos
agigantados.
Quédate
que fluye por ti y déjame tenderte mi mano,
dulcemente, hasta morir...
Que los niños sepan que cuando te veo
un retoño como ellos vuelvo a ser.
Tal mirada oscura quema mis entrañas
y las mariposas no son tal...
Son elefantes, son Hiroshima... Son Nagasaki.
Algunos pensamientos sobre la individualidad
no sé qué escribir y tampoco para qué
y por lo tanto poeta,
como si de la tristeza
fueran esclavas mis palabras,
que sólo logran salir
cuando de Ella escuchan un rumor,
una queja y luego de plasmadas
sigue ahí la tristeza
pero las letras, inteligentes,
escapan,
dejándome solo, una vez más,
junto a Ella: Tristeza.
Precipicios y miradas
precipicio,
que decidieron no saltar para lograr
amar.
Rodearon el peligro y se siguieron mirando,
mientras la dirección una se hacía
y por fin se encontraron,
para de frente,
el uno al otro,
seguir mirándose
y perdiéndose
en un precipicio que decidimos llamar
amor.
Besos
Convierte un beso en una bala
Una sonrisa en un faro
Prolonga la existencia de una sensación condensándola
en palabras"
"Pues bien mirado, ¿qué diréis que
es un beso?
Una promesa firme, un juramento
expreso.
Es una confesión que el aliento
confirma.
Es, sobre el verbo amar, una
rosada firma.
Un secreto que toma la boca por
oreja,
Un instante infinito como un rumor de abeja.
Es una perfumada, sobrosa comunión
Es como respirarse un poco el
corazón,
y hacer que entre los labios el alma se
desdoble."
Tormentos
tormentos,
encontrar la poesía en la luna,
en las cervezas y en las formas del humo del cigarro.
Pero yo nada sé de eso
No soy poeta.
La vida solo me alcanza para unos versos
insulsos,
con menos vida que yo y carentes del
tormento
que alimenta la mente torcida del
poeta.
No encuentro la magia de la flor,
ni las musas en el prado.
Estoy solo con mi constante mediocridad,
y es precisamente de eso de lo que se alimenta
este estúpido
poema.
Una noche
sudor y música,
solté mis miedos y fui tras de ti.
Miré tus ojos, tus labios y cabello
y de mi boca brotaron palabras
que buscaban desnudarte,
pero que sólo un viento estéril lograron
conseguir.
Un poeta muerto
para que mis palabras fluyeran
como un río,
y que éstas,
esquivas,
se rindieran ante mí para describir
tu belleza y hacerla perdurar
en la eternidad de un poema
que lleve tu nombre en su piel.
Superficie
a la pureza del alma
compatible con la tuya,
aún cuando sólo nadas en la
superficie
de aguas poco claras.
Te mientes leyendo,
Te mientes exigiendo.
El destino,
si es que hay algo como eso,
nada puede deparar para ti.
Siempre has tenido miedo a la profundidad,
al agua,
al toque de alguien más
y sin embargo no dudas en exigirlo a los demás.
Deseas que alguien se sumerja
y palidezca con la sangre que brota de ti,
que su pecho no soporte la presión
de la distancia,
y sus labios la sed de los tuyos:
deseas contarte, libre,
pero sólo sabes nadar en la
superficie.
Confianza
todo entregó,
y alegas ignorancia para refugiarte
en tu mentira
pero bien sabes que has fallado
y la rosa pisoteado.
Certezas
Tener la certeza de que todo
instrumentalizo
y que dentro de mí
No hay nada que sea un fin para
sí mismo